Se respira una tensa calma. Hoy sobran las palabras y faltan los silencios. Hemos recorrido 3.000 kilómetros a lomos de estos divertidos vehículos, ida y vuelta a Edimburgo. Así de fácil y así de difícil, por Alex, por Alvaro, por Lucia, por cada uno de esos niños que su día a día es una lucha constante. por
mi sobrina Cristina de la que me he acordado todo el viaje. Por todas las madres que viven todo el día preocupadas. Un día más danos solo un día más para alcanzar nuestra meta y demostrar que poco a poco, despacito y con esfuerzo todo es posible. Un día más.
ya nos vemos en el pescador con una buena cena